El autorretrato de María Victoria Martín del Campo (Cádiz, 1794-1869) conocida como Barhie, explica por sí solo que su autora sea considerada por Gaya Nuño como uno de los valores de la pintura neoclásica española.

Perteneciente a una rica y cosmopolita familia burguesa asentada en Cádiz, Victoria vivió el nacimiento del liberalismo español en su propia cuna. Casó en primer lugar con Álvaro Jiménez Basurto, un cordobés asentado en Cádiz, que muere en 1829. Seis años después la viuda se casa con Antonio María de Campo, que muere en 1859. La familia vive en este tiempo un declive económico notable. Ella, sin hijos, se refugia en sus aficiones culturales: la música, la lectura y, sobre todo, la pintura.
Discípula de Manuel Montano, consiguió plaza de académica de mérito en la Academia de Bellas Artes de Cádiz y fue socia de mérito del Liceo de Málaga. Se especializó en retratos y temas de índole religiosa y mitológica, la mayor parte de su obra no está localizada. El museo de Cádiz guarda su autorretrato.