Trinidad Arroyo Villaverde, científica

Trinidad Arroyo (Palencia, 26 de mayo de 1872-Ciudad de México, 28 de septiembre de 1959) fue una científica avanzada a su tiempo: pionera en licenciarse en Medicina en la Universidad de Valladolid, pionera en doctorarse en Oftalmología y Otología en España. Oftalmóloga de prestigio, es un ejemplo más de la enorme pérdida que supuso para España la sublevación militar de 1936 que arrojó al exilio a lo mejor de la intelectualidad de su tiempo. De paso, ilustra el distinto trato que, a igualdad de méritos, reciben mujeres y hombres.

Había nacido en una familia de pequeños industriales que le proporcionó una educación igual a ella que a su hermano. Estudió el bachillerato en su ciudad, en un instituto en el que solo había tres alumnas entre cuatro centenares de estudiantes. El padre, Laureano Arroyo, tuvo que recurrir al director general de Instrucción Pública para hacer valer la Real Orden de la regente María Cristina que permitía estudiar a las mujeres una carrera universitaria y que el rector de la Facultad de Medicina de Valladolid consintiera en matricular a Trinidad, donde era la única mujer. Se licenció en 1895; al año siguiente se doctoró en Madrid especializándose en Oftalmología, defendiendo su tesis sobre los «Músculos intrínsecos del ojo en estado normal y patológico: acción de los medicamentos«. Tenía 24 años y abría una línea de investigación propia cuyos resultados presentó en congresos y publicó en revistas especializadas. En 1898 abrió con su hermano -fallecido en 1903- una consulta de oftalmología en Palencia, desplazándose a otras ciudades y pueblos a operar a sus pacientes cuando era preciso. Fue una de las primeras mujeres en ejercer la medicina, tuvo una larga carrera profesional y disfrutó de prestigio y reconocimiento.

En 1902 se casó con un amigo de su hermano, médico también, Manuel Márquez, a quien alentó a que se especializara en Oftalmología. En adelante será conocida como Trinidad Arroyo de Márquez, la señora del doctor Márquez o, en el mejor de los casos, como «la culta y estudiosa compañera del profesor Manuel Márquez«. No tuvieron hijos. En 1908 la pareja instaló su residencia y consulta en Madrid, compartiendo la práctica de la medicina privada y la actividad docente. Manuel dedicará sus Lecciones de oftalmología clínica (1926) a su mujer, “la doctora Trinidad Arroyo, mi condiscípula y amiga primero; mi primer maestro de Clínica Oftalmológica hacia la que despertó mis aficiones, después; mi inteligente colaboradora y sensata consejera, siempre”. Aunque fue reconocida la precisión de los diagnósticos y la habilidad quirúrgica de Trinidad, el hecho es que el marido se benefició de un reconocimiento académico que no alcanzó a la esposa, pues mientras él sería catedrático de Terapéutica y decano de la Facultad de Medicina en la Universidad madrileña ella no pasaría de ayudante en la misma cátedra. En 1912 Trinidad y Manuel operaron de cataratas al escritor Benito Pérez Galdós. A pesar del éxito de la operación no pudieron evitar que el escritor padeciera ceguera los últimos años de su vida.

En 1916, un cupo de senadores era elegido por corporaciones de diverso tipo: académicas, económicas, religiosas. La condición de docente en la Universidad permitió a Trinidad votar a esos senadores, convirtiéndose así en una de las pocas mujeres en ejercer el voto antes que el resto de españolas, que no pudo hacerlo hasta 1933. Así lo recogió el periódico ABC en una fotografía publicada el 31 de marzo de ese año.

Consciente de la importancia que tenía la formación para el avance de las mujeres, apoyó las iniciativas que favorecieran su educación sanitaria y mejora social. En unión de otros médicas pioneras como ella –Concepción Aleixandre y Elisa Soriano- fundó la Asociación Española de Mujeres Médicos, de la que fue presidenta honoraria; fue vicepresidenta del Comité Femenino de Higiene Popular en Madrid y entre 1916 y 1920 colaboró en la revista Medicina Social Española con sus “Notas feministas. De mujer a mujer”. Colaboró asimismo en el Consultorio de Niños de Pecho y Gota de Leche del doctor Rafael Ulecia, en el Instituto Rubio y en el Asilo de Santa Lucía. Socia del Lyceum Club, era miembro de la comisión seleccionadora para el intercambio de alumnas con las universidades de Estados Unidos creada por la Junta para Ampliación de Estudios.

Después de un viaje a la URSS, en 1937 el matrimonio participó en la creación de la Asociación Española de Relaciones Culturales con la URSS, entidad de carácter científico-cultural que pretendía contribuir a la aproximación e intercambio cultural entre España y la Unión de Repúblicas Socialistas Socialistas.

Fuente: pares.mecu.es

Decididamente partidarios de la República, en 1939 marcharon al exilio, primero a Francia, con una breve estancia en París, enseguida se trasladaron a América, a bordo del vapor Flandre. En junio de ese año se instalaron en la capital mexicana, ambos tenían 67 años. En 1940 Trinidad obtiene la nacionalidad mexicana. Su casa acogerá las reuniones y tertulias de conocidos exiliados, como Max Aub o León Felipe.

La facilidad para los idiomas de Trinidad, hablaba francés, inglés y alemán, que tan útil le resultaba en su participación en los congresos médicos internacionales a los que acudía, le sirvió en el exilio para trabajar como traductora de publicaciones médicas. Había cumplido setenta años cuando aún se decidió a aprender ruso. El matrimonio siguió ejerciendo su profesión, acomodando su vida a un nivel mucho más modesto que el que había llevado en Madrid. Ambos se repartían las tareas domésticas y competían por ver quién era más eficiente.

Fuente: Wikipedia

En 1955 Trinidad viajó a España para testar todos sus bienes a favor del Instituto de Segunda Enseñanza de Palencia, actualmente IES Jorge Manrique, y crear la Fundación Becas Trinidad Arroyo Villaverde que cada año concede ayudas a alumnos de secundaria y alumnos matriculados en la Facultad de Medicina de Valladolid que procedan de dicho instituto palentino.

Trinidad murió en México a los 87 años. Manuel le sobrevivió tres años. Ambos fueron enterrados en el Panteón Español del cementerio de Nuestra Señora de los Ángeles de la capital mexicana. Trinidad Arroyo, una de las pioneras en el ejercicio de la medicina, una científica brillante y generosa, de la generación de mujeres que quisieron modernizar España, yace lejos de su país, en una tumba modesta, abandonada y olvidada.

Fuentes: Alcalá Cortijo, Paloma; Corrales Rodrigáñez, Capi; López Giráldez, Julia (coordinadora). Ni tontas ni locas. Las intelectuales en el Madrid del primer tercio del siglo XX. FECYT. Madrid, 2009

pares.mecu.es Arroyo Villaverde, Trinidad

Prieto Hernández, Isidro. Doctora Trinidad Arroyo Villaverde

Márquez Arroyo, Cristina. Trinidad Arroyo de Márquez: primera oftalmóloga española, políglota, redactora médica y una mujer de armas tomar.

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