Tórtola Valencia, bailarina del futuro

Carmen Tórtola Valencia (Sevilla, 18 de junio de 1882-Barcelona, 13 de febrero de 1955) pasó la mayor parte de su vida en el extranjero dedicada a la danza. Debutó en 1908 en el Taity Theatre de Londres de donde pasó al Wintergarten de Berlín y al Folies Bergère de París. Actuó en escenarios de Dinamarca, Grecia, India y Rusia antes de llegar al Teatro Romea de Madrid, en 1911. Es una de las figuras renovadoras de la danza, a la altura de Isadora Duncan, Martha Graham o Josephine Baker. La Fundación Telefónica ha rendido homenaje a todas ellas.

Era hija del catalán Florenç Tórtola Ferrer y de la andaluza Georgina Valencia Valenzuela, quienes se trasladaron a Londres buscando la prosperidad cuando Carmen tenía tres años; poco después el matrimonio se trasladó a América dejando a su hija al cargo de una familia británica. Ambos murieron en México, el padre en 1891 y la madre en 1894, y ella utilizó esta temprana orfandad para tejer su propia leyenda, alimentando los rumores sobre su origen. Se especulaba que era hija de un miembro de la familia real española o de un noble inglés, que estaba emparentada con el pintor Goya. Lo cierto es que su tutoría había sido encomendada a una rica familia londinense que proporcionó a la niña una buena formación: estudios de danza, dibujo y música y el dominio de cinco idiomas.

Su tutor murió en 1906. Sola, sin familia, se dedicó a explotar sus habilidades innatas o aprendidas y a investigar en danzas orientales. Pronto transformó su estilo de danza en una síntesis de los bailes africanos, árabes o hindúes y de las influencias de Isadora Duncan, Ana Paulova, Nijinski o la Bella Otero. El resultado es un baile de claro contenido erótico. Fueron muy celebradas sus coreografías. Danza de Anitra, La danza del incienso, La serpiente y la bayadera. Se anunciaba como Tórtola Valencia pero era conocida como la Bella Valencia o la Bella Tórtola.

En 1913 hizo una gira por España ganándose la admiración de los intelectuales: Benavente, Baroja, Valle Inclán… Pardo Bazán la describió como la personificación de Oriente y la reencarnación de Salomé y Rubén Darío como la bailarina de los pies desnudos. Actuó en Barcelona con Raquel Meller. Posó para Zuloaga y Anglada Camarasa. En 1917 hizo una breve incursión en el cine, actuando en las películas Pasionaria y Pacto de lágrimas. Fue muy popular en varios países latinoamericanos.

Su fama como bailarina se adornaba con sus hazañas sentimentales: los hombres principales, políticos, artistas, escritores, caían rendidos ante su belleza y su arte pero también ante sus conocimientos y su entusiasmo vital. No todo fue un camino de rosas. Una parte importante de la sociedad española entendió que la desenvoltura vital de Tórtola Valencia era un ejemplo pernicioso y ponía en riesgo los valores tradicionales hispanos. Que se declarara budista y vegetariana, que se desprendiera del inevitable corsé que perfilaba y constreñía la silueta femenina, que fuera morfinómana y bisexual era más de lo que podían soportar los biempensantes del momento. Porque, aparte de sus amantes masculinos, la relación estable más larga de Tórtola fue la que mantuvo con Ángeles Magret, adoptada como hija en los últimos años para evitar comentarios maliciosos y complicaciones con las autoridades españolas.

Se retiró de los escenarios en la segunda década del siglo XX, en parte por la edad y en parte obligada por los nuevos gustos, aunque ella aseguró que lo hacía en cumplimiento de una promesa a Ángeles cuando esta se encontraba enferma. Se instaló en Barcelona, dedicada a sus colecciones artísticas. Era experta en arte precolombino, del que poseía una buena muestra. Una parte de esta colección, así como de sus trajes, fotos, correspondencia y carteles se conserva en el Museo de Artes Escénicas de Barcelona.

Murió en Barcelona en 1955, totalmente olvidada. Sin embargo, durante décadas su figura siguió siendo habitual en el tocador de muchas mujeres: Eduard Jener se inspiró en su interpretación de la Tirana para diseñar la imagen del perfume Maja de la firma Myrurgia.

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2 thoughts on “Tórtola Valencia, bailarina del futuro

  1. La conocí en una primera exposición en la BNE y me llamó mucho la atención. Para mí era totalmente desconocida, y con ese nombre es difícil que se olvide.

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