En el pueblo leonés de Gradefes se alza una construcción hecha como a retazos, de la ĺque sobresale su enorme ábside: el monasterio cisterciense femenino de Santa María. Fundado en 1168, está ocupado desde entonces por una comunidad de monjas bernardas. ¿Qué tiene de especial este cenobio para hacer sugestiva su visita? En primer lugar, se trata del único monasterio femenino con deambulatorio, que en España solo tienen los conventos de Fitero, Moreruela, Poblet y Veruela, todos ellos masculinos.
A los efectos que nos interesan en esta página, esto es, las mujeres que se esconden tras las grandes obras, el monasterio de Gradefes habla de Teresa Petri -o Pérez- dama noble que estuvo casada con García Pérez, señor de Rueda y Cea, a quien el rey Alfonso VII de León favoreció con la donación de los bienes de realengo de la comarca en agradecimiento por el apoyo recibido en la batalla. Cuando García murió Teresa creó un señorío eclesiástico con los bienes heredados y se dispuso a levantar un monasterio del que fue abadesa desde 1164 hasta su muerte, acaecida en 1187.
Doña Teresa debió ser mujer de autoridad pues tenía ascendiente con el mismo rey, del que logró otros privilegios para su convento que añadir a su cuantioso patrimonio. La abadesa Petri, que tuvo jurisdicción civil y criminal sobre los pueblos de su señorío, se dispuso a levantar un edificio monumental, a juzgar por las dimensiones de la cabecera de la iglesia, el crucero y una panda del claustro, que es lo que se construyó en esta primera fase, en un estilo aún románico pero en el que se anuncia ya el gótico que llega.
“En la era 1215 (año 1177, kalendas de marzo (1 de marzo), fue fundada esta iglesia de Santa María de Gradefes por la abadesa Teresa”, reza una inscripción conmemorativa en uno de los muros del templo. En 1167 había llegado la primera comunidad de monjas procedentes del monasterio cisterciense de Tulebras (Navarra), orden que permanece desde entonces, excepto un pequeño paréntesis de tres años entre 1629 y 1632, cuando la comunidad se trasladó a Medina de Rioseco.
El empuje de la abadesa y los privilegios reales conseguidos le permitió crear en 1181 un segundo convento en Santa Coloma de las Monjas (Benavente), y en 1245 -fallecida ya doña Teresa- un segundo en Otero de las Dueñas (León), luego desaparecido.
La autoridad y el poder de la abadesa Petri se manifiesta claramente en esa parte original de Santa María de Gradefes. A la inusual construcción de la girola, ya indicada, hay que añadir la ornamentación del templo, tanto en las columnas interiores como en los canecillos exteriores. Frente a la austera ornamentación de los edificios cistercienses que, siguiendo la norma de San Bernardo, se limitaba a algún adorno vegetal o geométrico, en Gradefes se aprecian varias cabezas humanas, pájaros y arpías. En el exterior, se conservan algunos canecillos historiados, una escena de lucha, una psicostasis y alguna arpía. Es decir, la voluntad de Teresa se impuso a la norma de la Orden.
Esta primera parte del templo es monumental, el deambulatorio se divide en siete tramos, con tres absidiolos en la parte central, con pequeñas ventanas en aspillera. En la izquierda de la girola se encuentran los sepulcros de una pareja, identificados como García Pérez y Teresa Petri, trasladados desde San Benito de Sahagún, donde habrían sido enterrados en cumplimiento de mandas testamentarias.
Desaparecida la abadesa Teresa, en el siglo XIII el monasterio vio mermar sus ingresos, lo que obligó a parar la construcción en marcha, que solo pudo reanudarse en el siglo XIV, cuando se construye el transepto con un proyecto mucho más modesto. Finalmente, en el siglo XVII se cierra la iglesia con el coro. De las dependencias monacales primitivas solo se conserva la sala capitular, separada del claustro por siete arcos ya apuntados.
En 1959, cuando se abrió el sarcófago en el que se cree descansa la abadesa, se encontraron algunas prendas de vestir y unos chapines, en buen estado de conservación, que han permitido estudiar con detalle el tipo de calzado que utilizaban las mujeres en el medievo.
Cuando se visita el monasterio de Gradefes se admira su grandeza y hermosura, solo de pasada se menciona que detrás de esta obra se encuentra una gran y voluntariosa mujer: la abadesa Teresa.
Fuentes: https://m.arteguias.com/monasterio/gradefes.htm
http://eprints.ucm.es/20066/1/T3332.pdf
Fotos del monasterio de Santa María de Gradefes (Valvar)