Suzanne Valadon -nacida Marie-Clementine Valade (1865-1938)- fue muchas cosas pero, principalmente, un espíritu libre. A los 16 años era acróbata, hasta que se cayó, entonces se estableció en Montmartre, donde sobrevivió posando para los pintores que en aquellos años pululaban por el barrio. Degas, Renoir o Toulouse-Lautrec fueron algunos de los pintores que la utilizaron como modelo. No se limitó a posar sino que aprendió de ellos la técnica pictórica, Degas le animó a dedicarse a la pintura, actividad con la que consiguió mantenerse a sí misma y a su hijo, Maurice, que sería reconocido y adoptado por Miquel Utrillo, y habría de convertirse en el pintor Maurice Utrillo.

Fue una pintora perfeccionista, se hizo famosa por sus retratos coloristas y fue la primera mujer administradora de la Sociedad Nacional de Bellas Artes de Francia. Fue igualmente caprichosa y extravagante, solía portar un manojo de zanahorias y acompañarse de una cabra para que «comiera sus malos dibujos«, y los viernes alimentaba a sus gatos con caviar.
En 1896 se casó con Paul Moussis, agente de bolsa, de quien se separó en 1909 para irse a vivir con André Utter, pintor, veinte años más joven que ella, con quien se casó en 1914. En su lienzo Adán y Eva, Suzanne se retrató como Eva y a Utter como Adán. El lienzo originó un escándalo descomunal por el hecho de que la autora de los desnudos fuera una mujer, hasta el punto de que la Sociedad Nacional de Bellas Artes le obligó a cubrir el sexo del hombre.

Murió en 1938 rodeada de sus amigos -Braque, Derain, Picasso-. Sus obras cuelgan en el Centro Pompidou de París y en el MOMA de Nueva York. Entre el 20 de febrero y el 19 de mayo de 2019 la Exposicion Toulouse-Lautrec y el espíritu de Montmartre ofrece uno de sus cuadros: La jugadora de cartas (1912), habitualmente expuesto en el Petit Palais de Ginebra.