Pilar de Valderrama y Alday (Madrid, 27 de septiembre de 1889-15 de octubre de 1979) es una poeta y autora dramática que gozó de fama en los años previos a la guerra civil. Ella misma se reivindicó como la Giomar a quien Antonio Machado dedicó algunos de sus versos, de tal manera que la musa ha acabado engullendo a la mujer real.
Pilar nació en una familia de la alta burguesía -el padre, Francisco de Valderrama, muerto cuando la niña tenía cuatro años, fue gobernador de Zaragoza- que le proporcionó una educación acorde con su estatus. La madre volvió a casarse y la joven no acabó de encajar en la nueva familia, lo que le empujó a contraer matrimonio muy joven con un amigo de su hermano, Rafael Martínez Romarate, ingeniero dedicado a la literatura, la pintura y las artes escénicas: escenografía y luminotecnia. La pareja tuvo tres hijos: Alicia, María de la Luz y Rafael.
En aquel Madrid que bullía en modernidad Pilar frecuenta la tertulia de su amiga Concha Espina y la de sus cuñados, María Soledad Martínez Romarate y Victorio Macho, y asiste a las representaciones teatrales de El Mirlo Blanco de los Baroja. También los Martínez-Valderrama crean en su casa de Pintor Rosales el Teatro Íntimo Fantasio, un interesante teatro de cámara con realizaciones escénicas de calidad donde se representan piezas de Aristófanes, Benavente, Verdaguer, incluso un cuadro poético escrito por Pilar, El sueño de las tres princesas (1929).
Valderrama participa como otras mujeres de la burguesía madrileña en las actividades del Lyceum Club Femenino; allí se relaciona con María de Maeztu, Zenobia Camprubí, Carmen Baroja, María Lejárraga, la mayoría escritoras, artistas o intelectuales conocidas. Ella también escribe. En 1923 publica su primer libro: Las piedras de Horeb, un poemario ilustrado por su marido, con portada de Victorio Macho. En 1928 saldrá su segundo libro de poesía, Huerto cerrado, que tuvo buena acogida crítica. La autora reclama su influencia de fray Luis de León, Jorge Manrique, Gonzalo de Berceo, Bécquer, nada que ver con las corrientes poéticas del momento, aunque declara su admitación por Antonio Machado.
El de 1928 fue un año decisivo para Pilar de Valderrama. El marido le confiesa que ha vivido una aventura extraconyugal, lo que la sumerge en una crisis afectiva. Entonces, acude a Segovia a conocer al poeta Antonio Machado, que residía en aquella ciudad. Son dos personas de carácter e intereses opuestos, él es un hombre ateo y de izquierda, comprometido con los ideales republicanos, de aspecto desaliñado, ella es una mujer distinguida, creyente, conservadora y monárquica. Pese a todo, inician una relación afectivo-literaria que se expresará en su abundante correspondencia y que mantendrán en secreto por voluntad de Pilar, con citas discretas en Madrid, en un café apartado y en los jardines de lo que hoy es el complejo de la Moncloa. De la correspondencia que se ha conservado, pues Pilar quemó una parte de las cartas de Machado, se deduce que el poeta quiso afianzar una relación que ella había decidido mantener en el plano platónico. Valderrama nunca se separó del marido ni pensó en divorciarse cuando pudo hacerlo.
En 1930 Pilar publica su tercer poemario –Esencias– que Antonio Machado elogia calurosamente en su crítica de El Imparcial. Ese mismo año es nombrada miembro de la Real Academia Hispanoamericana de Cádiz. El poeta, por su parte, escribirá en los años siguientes Canciones a Guiomar y Otras canciones a Guiomar, considerados entre lo mejor de su obra poética. Guiomar esconde a una amada desconocida, que luego se identificará con Pilar.
El tercer mundo es un poema dramático, de gran lirismo y plasticidad, con una propuesta de montaje innovador, que, al contrario que su obra poética, rompe la tendencia comercial del género. Valderrama aborda en esta pieza temas infrecuentes en el teatro de la época, como la situación de la mujer burguesa en el matrimonio o el triángulo amoroso adúltero, y otras cuestiones de actualidad como la enfermedad mental, el psiconanálisis o el metateatro, todo ello desde la perspectiva de un feminismo moderado. Es autora asimismo de otras obras: El sueño de las tres princesas y La vida que no se vive, que permanecen inéditos.
En febrero de 1936 la familia Martínez-Valderrama deja Madrid y se instala durante un tiempo en Portugal. En 1937 ya está de vuelta, se aloja en la recuperada finca familiar de Palencia, donde permanecerá mientras dura la guerra. Al contrario que Machado, Valderrama parece cómoda en el nuevo régimen. En 1943 publica un libro de poesía –Holocausto– en el que expresa el dolor por la pérdida de su hijo, muerto como consecuencia de los padecimientos de la guerra, y, quizá, por la muerte del poeta en el exilio, que conoció mucho tiempo después de ocurrida.
Como en tantas escritoras de esta generación, la guerra civil marca el declive de su actividad. En 1944 aún pudo asistir en el Ateneo a la lectura de su obra inédita La vida que no se vive; en 1959 publicó Obra poética, que incluía su último poemario: Espacio. Martínez Romarate trabajó como jefe de los servicios técnicos de los Teatros Nacionales hasta su muerte, ocurrida en 1954.
Pilar murió en su casa de Madrid en 1979. Para entonces ya se habían publicado algunos textos, incluidos el de su amiga Concha Espina De Antonio Machado a su grande y secreto amor (1950), en el que se apuntaba a Valderrama como el amor secreto de Machado. En 1981 apareció Sí, soy Guiomar. Memorias de mi vida, un texto con el que Pilar Valderrama se reivindicaba como el amor secreto de Machado. El libro, prologado por Jorge Guillén, desvelaba detalles de aquella relación, incluyendo una treintena de las muchas cartas que el poeta republicano le había dirigido. Recientemente, admiradores y críticos de la obra machadiana, sin desmentir la relación amorosa que pudiera unirlos, cuestionan que Pilar sea realmente la Giomar que inspiró los dos libros claves en su producción poética y apuntan que en ellos don Antonio cantaba al amor ideal.
El tiempo ha sido hostil a Pilar de Valderrama. Reducida a amor imposible del gran poeta, ha borrado la memoria de Pilar de Valderrama y el recuerdo de sus versos: Por tratar de explicarse / lo inexplicable, / se halla en un laberinto / del que no sale. / Enredando, enredando / fue la madeja, / y de los pies al cuello / se ató la hebra. / Y ahor se ahoga, / porque el hilo delgado / se trocó en soga.
Fuentes: Real Academia de la Historia. / Peces en la tierra. Antología de mujeres poetas en torno a la Generación del 27. Edición Pepa Merlo. Fundación José Manuel Lara. 2010
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