María Roësset, MaRo

El Autorretrato de cuerpo entero de María Roësset Mosquera (Espinho, Portugal, 21 de noviembre de 1882-Manila, Filipinas, 3 de octubre de 1921) cerraba la exposición Invitadas, organizada por el Museo del Prado en 2020-2021. El lienzo, donado por su hija en 1985 y depositado en el Museo Reina Sofía, en cuyos almacenes ha permanecido estos años, descubría una obra con influencias de John Singer Sargent, James McNeill Whistler o Gustav Klimt, merecedora de un mejor trato y conocimiento. El Prado acaba de incorporarlo a su colección permanente, tras la remodelación realizada después del cierre por la pandemia. La decisión es de estricta justicia y más lo sería si en la entrada correspondiente dejara de considerarlapintora portuguesa”.

Autorretrato de cuerpo entero. Museo del Prado

María nació, efectivamente, en Portugal por razones del trabajo de su padre, Eugenio Roësset Liot, ingeniero de origen francés empleado en las líneas de ferrocarril, casado con la dama gallega Margarita Mosquera. Al poco de nacer la niña la familia se trasladó a Madrid, ciudad en la que nacieron sus hermanos Margot y Eugenio y donde discurrió la vida familiar. Los niños recibieron una educación esmerada, cosmopolita y libre, lo que quizá influyó en el carácter de las mujeres Roësset, cuya formación fue más avanzada que la de la mayoría de contemporáneos.

A los veintidós años María se casó con Manuel Soriano Berrueta-Aldana, que casi le doblaba la edad -contaba 41 años-, rico y bien relacionado con los ambientes artísticos pues era hijo del pintor Benito Soriano. A través de su marido conoció a los Madrazo, Mariano Fortuny, Darío Regoyos o Eduardo Chinarro, que acabaría siendo su maestro. Algunas fuentes indican que fue el marido quien la incitó a pintar, si fue así, en sus años de matrimonio no pasó de ser una actividad amateur. La pareja tuvo dos hijos: Joaquín y María Eugenia.

Retrato de su hijo Joaquín. Imagen obtenida en Investigart

En 1910 murió Manuel y es entonces cuando María decide dedicarse profesionalmente a la pintura, firmando sus obras con el acrónimo MaRo. En el estudio del pintor Eduardo Chicharro se formó técnicamente, completando su formación como copista en el Museo del Prado. Además viajó por Europa, lo que le permitió visitar museos, conocer a los pintores y las corrientes que en esos momentos triunfaban en el continente en el plano artístico y en lo social. Estando en Viena le sorprendió el inicio de la primera guerra mundial.

Desnudo de niña de brazos cruzados. Museo BBAA de La Coruña

En su estilo se perciben también influencias de Sorolla o Vázquez Díaz, del costumbrismo y del expresionismo y un aire oriental, en boga por entonces. Como es frecuente entre las mujeres pintoras María utilizó como modelos a las personas del entorno familiar, su hermana, sus sobrinas, sus hijos. La gitana Agustina, Retrato de Margot, varios autorretratos y desnudos infantiles, entre los que destaca Desnudo de niña de brazos cruzados, son algunas de las obras que nos han llegado en los que demuestra talento y dominio de la técnica. Expuso en Munich y en el Círculo de Bellas Artes de Madrid. No sabemos dónde hubiera podido llegar de haber tenido una carrera profesional más larga.

Autorretrato. MaRo. Imagen obtenida en Investigart

Porque la actividad de MaRo concluye pronto. Algunas biografías lo atribuyen a su precaria salud, otras aducen que su obra fue silenciada como castigo por haberse permitido un amor fuera del matrimonio con el que escapó a Manila, donde le alcanzó la muerte en 1921, sin haber llegado a cumplir los treinta y nueve años. Las obras que conocemos son las que pudieron salvar sus hijos cuando estalló la guerra civil. Su casa de la Carretera de Extremadura fue totalmente destruida y con ella los lienzos de gran formato y las obras en las que había trabajado en sus últimos años.

Un siglo después, MaRo se ha instalado por derecho propio en el Museo del Prado, desde nos observa con la profunda y triste mirada de su Autorretrato de cuerpo entero como la mujer moderna e intelectual que fue. Ella iniciará una saga de mujeres Roësset vinculadas al arte, a cual más desconocida y no por falta de mérito. Únicamente el nombre de la escultora Marga Gil Roësset ha saltado a los medios de comunicación y por motivos no estrictamente artísticos. La editora Consuelo Gil Roësset -hermana de Marga- o la también pintora Marisa Roësset Velasco, prima de las anteriores y sobrina de María, apenas son conocidas fuera de los ámbitos estrictamente artísticos.

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