María Pita, defensora de La Coruña

Aunque para la historia es conocida como María Pita su nombre real era María Mayor Fernández de Cámara y Pita (Sigrás, La Coruña, 1565-1643) . No se conocen demasiados datos de su vida y los que se conocen están rodeados de un halo de leyenda. Se cree que sus primeros años los empleó en el negocio familiar y así hubiera seguido de no mediar circunstancias de la geopolítica que vinieron en su busca.

En la geopolítica conjugaban sus intereses España e Inglaterra, Felipe II e Isabel I. Corría el año 1588 y el rey español se proponía derrocar a la reina inglesa. Armó para ello una gran flota a la que llamó la Grande y Felicísima Armada -irónicamente conocida como la Armada Invencible-, que zarpó de La Coruña en el mes de julio. Antes siquiera de que pudiera enfrentarse a la flota inglesa la mar se tornó en su principal enemigo haciendo zozobrar más de una veintena de los barcos y causando la muerte de más de cinco mil soldados. La armada inglesa estaba dirigida por el almirante Charles Howard, siendo vicealmirante el corsario Francis Drake, quien desde ese momento se dedicó a planear la derrota total de España pues la expedición, aunque fracasada, fue considerada una provocación en la corte inglesa.

El proyecto se puso en marcha en la primavera de 1589. Una flota de guerra inglesa partió con el propósito de saquear las costas españolas y apoyar una insurrección de Portugal, que entonces formaba parte de la corona española, contra Felipe II.

El 4 de mayo Drake atracaba en La Coruña e iniciaba el asedio a la ciudad, defendida por unos mil quinientos soldados, arcabuceros y artilleros de la Armada Invencible, a los que se unen los coruñeses. Al cabo de cuatro semanas de asedio los ingleses -en número de doce mil según unos, veinte mil según otros- abren una brecha en la defensa y empiezan a entrar en la ciudad vieja. Un alférez ondea la bandera inglesa sobre la muralla. Cuando los asediados temían la invasión apareció María Pita.

La leyenda cuenta que la mujer enardeció a sus vecinos al grito de “quien tenga honra que me siga” y secundada por Inés de Ben, mujer igualmente arrojada, que resultó herida en la batalla, emprendió el ataque contra los invasores. Otro relato asevera que María al ver a su marido muerto -Gregorio de Bracamonde- en el asalto cogió una piedra que lanzó contra el alférez, que era hermano de Francis Drake, quien cayó muerto allí mismo. La hazaña tuvo la virtud de elevar la moral de los coruñeses que emprendieron el contraataque hasta hacer huir a los invasores. Terminada la batalla, María, Inés de Ben y otras mujeres se dedicaron a recoger los cadáveres y a curar a los heridos.

María Pita se casó en cuatro ocasiones y tuvo otros tantos hijos. Cuando murió el cuarto marido, quien le habría hecho prometer que no volvería a casarse, Felipe II le concedió una pensión equivalente al sueldo de un alférez más cinco escudos mensuales y el permiso de exportación de mulas de España a Portugal. Había surgido una leyenda.

La ciudad reconoció su heroísmo levantando un monumento a su memoria, que se alza en la plaza que lleva su nombre. Ideada por Xosé Castiñeiras, María aparece con la lanza en una mano en ademán de atacar al alférez inglés y en la otra sosteniendo el cuerpo de su marido. En el solar ocupado por una vivienda del siglo XVI que fue propiedad de su primer marido, Juan Alonso de Rois, se encuentra la casa museo de María Pita en La Coruña.

La historia, como la fortuna, no se repartió equitativamente entre las heroínas pues si María tuvo el reconocimiento de sus vecinos, del rey y de la posteridad, Inés de Ben, moriría ciega e inválida de resultas de las heridas sufridas en la defensa de la ciudad, en la miseria y el olvido y recibió sepultura en una fosa común.

Deja un comentario