María Luisa de Toledo y Carreto fue la hija única de Antonio Sebastián de Toledo, marqués de Mancera y virrey de Nueva España entre 1664 y 1673. El retrato, atribuido a Antonio Rodríguez, muestra a la dama española acompañada de una mujer indígena con el rostro tatuado, una india chichimeca.

La pintura procede del convento madrileño de Nuestra Señora de la Salutación, trasladado tras la desamortización de 1835. En este convento pasó sus últimos días María Luisa de Toledo.
El lienzo se muestra en el Museo de América en Madrid, que ha organizado una exposición sobre El mundo femenino novohispano en el siglo XVII, con el retrato de La hija del virrey como atractivo principal.