Cuando hablamos de la Generación del 27 aludimos al grupo de excelentes poetas, escritores y artistas que confluyeron en España en las primeras décadas del siglo XX y que, con el paso del tiempo, han venido a representar una época de esplendor que marcó la cultura española de todo el siglo. Hasta no hace demasiado tiempo, el grupo era casi exclusivamente masculino, ellos escribieron, pintaron, dirigieron, cambiaron la vida intelectual del país.



Solo muy recientemente se ha empezado a hablar del no menos numeroso grupo de mujeres que dirigieron, pintaron y escribieron tanto y tan bien como sus pares masculinos, que, como ellos, introdujeron la modernidad en un país acartonado y, llegado el momento, participaron en la guerra y defendieron la democracia con idéntico coraje y valentía. Como ellos también, la mayoría se vio obligada a exiliarse al término de la guerra y algunas pocas optaron por permanecer en España, en una suerte de exilio interior.
La democracia recuperó la obra literaria y artística de aquella generación brillante pero ellas siguieron ausentes de las antologías, los estudios, las biografías y las memorias que se editaron.
A esas mujeres de la Generación del 27 se les dedica ahora una exposición en el Centro Cultural de la Villa de Madrid Fernán Gómez, comisariada por Tania Balló. Una extraordinaria labor de rescate de nombres que han permanecido en un olvido forzado y ahora se muestran a las nuevas generaciones para completar una historia que sin ellas siempre será parcial.






Ahí están nombres afortunadamente plenamente recuperados, como Carmen Conde, Maruja Mallo, Ernestina de Champourcín o Elena Fortún. Otras en vías de recuperación, como las escritoras María Teresa León o Luisa Carnés, cuyas obras empiezan a reeditarse, las pintoras Ángeles Santos, Delhy Tejero, Rosario de Velasco, Norah Borges o Marisa Roësset. Y otras -ignoradas como las pintoras Francis Bertolozzi, Margarita Manso, Ángela Nebot o Ruth Velázquez, y la compositora Adela Anaya Ruiz, autora del himno 14 de abril.








La exposición tiene la virtud de presentarnos a esas mujeres junto a una colección de pinturas, de esculturas, de libros que tuvieron éxito en su momento y que luego fueron prohibidos, vetados para las nuevas generaciones. Emociona ver las imágenes de María Teresa León a su vuelta del exilio o las de Adela Anaya dirigiendo a una nutrida orquesta ante miles de personas.



De paso, nos recuerda que, contra la extendida e interesada creencia de que solo los hombres han protagonizado la Historia, resulta más apropiado afirmar que ellos son quienes la han escrito.
Fotos obtenidas en la Exposición «Mujeres de la Generación del 27»
Foto de portada: Ángeles Santos Torroella. Vaso de vino
es hora de reconocer a Las grandes mujeres que han hecho historia desde el principio de los tiempos. Un ejemplo a seguir.