La escena recogida en la fotografía forma parte de la exposición conmemorativa del segundo centenario de la creación del Museo del Prado. Fue tomada en Cebreros (Ávila), entre el 13 al 17 de noviembre de 1932, durante el paso por la población del conocido como «Museo circulante», proyecto incluido en las Misiones Pedagógicas de la República.

El proyecto pretendía llevar copias de las obras del Prado a lugares apartados cuyos vecinos probablemente no habían oído hablar del museo ni de sus pintores.
En la imagen, un grupo de vecinos de arremolina frente a las Hilanderas de Velazquez. En primer término, una mujer con el niño en brazos contempla extasiada una obra no identificada. Su rostro expresa el deslumbramiento que produce el descubrimiento de la belleza.