Adolfo Guiard, pintor vasco que en 1878 viajó a París y se codeó con los grandes artistas de la época. Con Degas se aproximó al impresionismo y con Zola a la realidad social. La aldeanita del clavel rojo -y la mirada triste- participa de ambas tendencias: refleja el trabajo infantil, embellecido por el entorno, aquí un mundo rural que pronto iba a desaparecer con el ensanche de Bilbao.
Se refugia en el Museo de Bellas Artes de Bilbao.