Se llamaba Elionor Manuel de Villena (Valencia, 1430-2 de julio de 1490), se educó en la corte, ingresó en el convento y dedicó su vida a escribir en prosa y verso sobre temas religiosos desde una perspectiva femenina. Es considerada la primera escritora en lengua valenciana, una escritora protofemenista del siglo XV.
Nació en Valencia, hija natural de Enrique de Villena, poeta, emparentado con las casas reales de Castilla y Aragón. Quedó huérfana a los cuatro años pasando a residir en la corte valenciana de su tía, la reina María, esposa de Alfonso V el Magnánimo, en un ambiente abierto y aventurero. Tomó el nombre de Isabel a los 15 años cuando decidió ingresar en el convento de la Santísima Trinidad de las franciscanas clarisas de Valencia, que había sido fundado por la misma reina María. En 1463 fue nombrada abadesa del convento, allí se rodeó de un grupo de intelectuales y escritores quienes admiraban su gran preparación cultural y su profundidad filosófica.
Parece que escribió varias obras religiosas dirigidas a la formación de las monjas de su monasterio, pero por la que ha pasado a la historia de la literatura -que con tanta frecuencia olvida la aportación delas mujeres- es VitaChristi. En ella la autora escribe la vida de Jesucristo desde el punto de vista de las mujeres que le acompañaron en su vida, bajo el prisma de la teología franciscana.
La Vida de Cristo es una especie de Nuevo Testamento despojado de la visión patriarcal, donde el protagonismo es de las mujeres. Eva, Santa Ana, María Magdalena, incluso de la Virgen María son presentadas como mujeres normales pero potentes y autónomas, no sumisas. Villena utiliza un lenguaje delicado, con expresiones afectuosas, abundantes comentarios patrísticos y citas de autores clásicos, lo que evidencia su cultura, en un estilo semejante al empleado por los escritores de novelas cortesanas y de caballería.
Esta Vida de Cristo es la respuesta literaria al Llibre de les Dones o Espill,exitosa obra escrita en primera persona por Jaume Roig en la que advierte sobre la maldad de las mujeres, de la que solo salva a la Virgen y a Isabel Pellicer, esposa del autor. Roig y Villena tuvieron oportunidad de discutir sobre sus respectivas posiciones pues el primero era médico del convento donde la segunda era abadesa.
Espill es junto con el Tiranc lo Blanc de Joanot Martorell y la Vida de Cristo las obras cumbres del siglo XV, el Siglo de Oro en el reino de Valencia. Lo reseñable en el último caso es que su autora fue una mujer, que esta tuvo el reconocimiento de sus pares masculinos y que no fue un caso aislado pues coincide en el tiempo con el grupo de las Puellae doctae de la corte de Castilla. La obra de Villena tuvo un gran éxito en su tiempo más allá de los muros del convento hasta el punto de que la reina Isabel la Católica ordenó su impresión en 1497. Pero la posteridad, ese concepto que el patriarcado cultiva con tanto esmero, olvidó la aportación de una y de otras. Y no se volvió a hablar de ellas.