Isabel de Basilea, impresora

Isabel de Basilea (Burgos, 1500-Salamanca, 1562) era hija de Isabel de la Fuente y Fadrique Biel de Basilea, impresor también conocido como Fadrique Alemán, asentado en la ciudad de Burgos, de cuya imprenta salió en 1499 la primera edición de La Celestina de Fernando de Rojas. Ella será hija, esposa y madre de impresores e impresora ella misma, un oficio poco común en las mujeres del siglo XVI.

Isabel se casó con un oficial del taller paterno, Alonso de Melgar, de manera que la pareja siguió en el negocio cuando Fadrique muere en 1517. La imprenta estaba instalada en unas casas propiedad del Cabildo de la catedral, próximas a la iglesia de San Nicolás, con vista a la plaza de Santa María. De este matrimonio nacerán dos hijos: Tomás y Fernando.

Las obras impresas en este tiempo aparecen como realizadas “En casa de Alonso de Melgar” pero este muere en 1525 y al año siguiente la obra Las leyes y premáticas reales hechas por su magestad en las Cortes de Toledo figura realizada por la “honesta viuda de Alfonso de Melgar”.

Entonces, Isabel decide contraer matrimonio con otro impresor, Juan de la Junta, miembro de una famosa familia florentina de impresores, los Giunti, que también se habían asentado en Burgos, ciudad que vivía en esos años una etapa de esplendor económico. La pareja tendrá dos hijos, Lucrecia y Felipe.

En 1526 Juan de la Junta aparece ya como director de la imprenta aunque Isabel sigue vinculada a las tareas de impresión y quien asume la gestión del negocio en las frecuentes ausencias del marido, que mantiene otra imprenta en Salamanca y debe atender los asuntos familiares.

Todo parece indicar que se trata de un matrimonio de conveniencia -algo común en ese y en otros tiempos, especialmente cuando se trata de enlaces entre burgueses ricos y con negocios en común- en el que ambos obtienen ventajas. Ella conserva su imprenta y él amplia la suya.

Isabel aporta a este matrimonio una dote de 560.000 maravedíes, de los cuales, 520.000 correspondían a los “bienes heredados de maestre Fadrique alemán de Basilea, ympresor de libros, mi padre, vecino de la ciudad de Burgos, en dineros, oro y platas e preseas, e ajuar de casa, libros y empresa, e aparejos e artificiosde la presa, entre otras cosas”.

Sabemos que ella es quien se encarga de la fabricación del barniz para la elaboración de la tinta por los pleitos mantenidos con el vecindario. En el primero Simón Borgoñón se queja de que su casa“confina por las espaldas con la casa de la muger de Junta (…) e para hazer tinta para impremir la susodicha haze barniz arrimado a sus paredes el qual tiene mucho fuego y por ello es peligroso demás del hedor que es contagioso para la vecindad por qual otros lo hazen fuera del término (…) y la susodicha aunque ha sido requerida y ha quedado de lo hazer no lo quiere cumplir...”.

Del segundo pleito se deriva la participación activa de Isabel en el negocio: “dixo que su casa confina por las espaldas con la casa de la muger de Junta, impresora de libros porque su marido hace muchos años que no está en esta ciudad, e para hazer tinta...”

Juan de Junta muere en 1557. En el reparto de la herencia ella se reservará los aparejos de impresión, las matrices, moldes, entalladuras y figuras, aunque se compromete a prestarlos a sus hijos, previo pago del alquiler estipulado. Con ello parece reivindicar no tanto el valor material de lo heredado sino sobre todo el patrimonio familiar en el que se siente implicada.

Cuando enviuda por segunda vez Isabel es ya una mujer mayor pero con arrestos suficientes para recomponer el negocio. Ella y su hija Lucrecia permanecen al frente de la imprenta de Salamanca, que aparece como de Herederos de Juan de Junta, hasta que Lucrecia se casa con Matías Gast, impresor igualmente, estableciéndose como imprenta independiente. Felipe se hará cargo de la imprenta de Burgos, fundada por su abuelo Fadrique.

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