Isabel de Angulema

La vida de Isabel de Angulema (-Fontevraud, 4 de junio de 1246) es harto novelesca, aunque no siempre fuera protagonista ni feliz. Condesa de Angulema y reina de Inglaterra, a los doce años fue secuestrada y casada por la fuerza con Juan Sin Tierra, rey de Inglaterra, ejemplo de mal gobernante y mujeriego.

Justo el día que se celebraba el compromiso de Isabel con Hugo IX de Lusignan, conde La Marché, viudo y mucho mayor que ella, llegó Juan y la raptó. Aunque la fama de Juan Sin Tierra podía suponer que le animaba al secuestro su inclinación mujeriega y depredadora más parece que lo empujó a ello el propósito de evitar una alianza entre Angulema y Lusignan, que pudiera amenazar sus dominios de Poitou y Garcuña. El hecho suponía una afrenta a uno de los nobles vasallo del rey de Francia, que acudió a este en petición de protección. En castigo, el rey embargó las propiedades de Juan en territorio francés, lo que dio lugar a un enfrentamiento entre ambos reinos que se prolongó durante años.

Anulado su matrimonio con Isabel de Glucester, en junio del año 1200 Juan Sin Tierra se casó con la heredera del condado de Angulema, en la catedral de Burdeos. La pareja tuvo cinco hijos. Se ha perdido la cuenta de los hijos extra matrimoniales que tuvo Juan pero se conocen al menos una docena de FitzRoy, apellido que portaban los “hijo del rey” y no de la reina

Juan Sin Tierra muere 16 años después de boda. Isabel hace coronar rey a su hijo, que reinará como Enrique III, deja a su prole en Inglaterra y, ya titular del condado de Angulema por haber muerto su padre, retorna a sus dominios. Cuatro años después vuelve a casarse, ahora con el sucesor del primer novio, Hugo X de Lusignan, conde de la Marche, con quien tiene nueve hijos. No fue mucho más feliz con el segundo que con el primer marido. Hugo le fue igualmente infiel y la pareja se peleó con frecuencia.

Sepulcro de madera policromada de Isabel de Angulema. Abadía de Fontevraud (Francia)

Las crónicas, escritas siempre por hombres, fueron poco piadosas con ella. El monje Roger de Wendover la acusó de hechicería, otras refieren que era arrogante y vanidosa; todas la reprocharon que distraía a Juan Sin Tierra de la gobernación del reino, por lo que le apodaron Jezabel de Angulema. El que hubiese sido raptada por el marido siendo todavía adolescente les parece a estos cronistas algo natural.

Sepulcros de Isabel de Angulema y Ricardo Corazón de León (en primer término) y de Leonor de Aquitana y Enrique II, reyes de Inglaterra, en la nave central de la Abadía de Fontevraud (Francia)

Parece que también Blanca de Castilla, sobrina de Juan Sin Tierra y reina de Francia, le tenia especial inquina. En 1244 Isabel fue acusada de conspirar contra el rey francés, Luis IX, hijo de Blanca, y de haber tratado de envenenarlo, por lo que tuvo que huir. Se refugió en la abadía de Fontevraud, donde murió el 4 de junio de 1246. Allí fue enterrada y allí duerme el sueño eterno, junto a Enrique II y Leonor de Aquitania, los padres de su marido y secuestrador Juan Sin Tierra. El suyo es el único sepulcro de madera, los tres restantes son de mármol.

Sepulcros de Isabel de Angulema y Ricardo Corazón de León en la nave central de la Abadía de Fontevraud (Francia)

En Angulema se la tiene como un modelo de mujer medieval aunque, visto desde la óptica del siglo XXI, más parece espejo de mujeres desgraciadas.

Fuentes: Wilkinson, Louise. Profesora de Canterbury Christ Church University

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