El periódico digital eldiario.es ha abierto hoy con la noticia exclusiva de que Cristina Cifuentes, presidenta de la Comunidad de Madrid, obtuvo su título de máster en la universidad pública Juan Carlos I con notas falseadas. La universidad ha ofrecido una rueda de prensa en la que ha asegurado que se trató de un error administrativo. La presidenta ha esperado hasta la apertura del telediario de noche para asegurar que todo está en orden.
Parece mentira que alguien tan moderna como Cristina Cifuentes ignore que una buena política de comunicación requiere la información completa, veraz, detallada e inmediata en el momento en que se produce el primer atisbo de crisis o de duda. Las 11 horas de esta mañana ya era tarde teniendo en cuenta que estaba advertida por el periódico de lo que se iba a publicar.
Resulta incomprensible que alguien tan versado en la materia como el rector y los profesores de la Universidad Juan Carlos ignoren que, además de la comunicación oral, hay una forma de expresión igualmente explícita que es la comunicación no verbal.
La ausencia de Cifuentes -tan pródiga habitalmente en los medios de comunicación- cuando más era requerida, da pábulo a quienes sospechan que algo tiene que ocultar en lo que se refiere a la obtención del máster.
La imagen de los profesores que acompañaban al rector en la rueda de prensa expresa más allá de sus palabras, la incomodidad que les produce tener que aparecer por esta razón. Lo cual, en una institución que ha estado rodeada de sospechas de plagios por parte del anterior rector, de acusaciones de contrataciones poco rectas y otras irregularidades es casi tanto como admitir que algo no va bien.
Falta por saber el qué.