Caterina Albert (La Escala, 11 de septiembre de 1869-27 de enero de 1966) es una de las escritoras consideradas fundamentales en la literatura catalana del siglo XX pero su nombre apenas es conocido pues la mujer hubo de ocultar su identidad bajo una identidad masculina. Victor Catalá, alter ego de Caterina Albert, autora de novela, poesía y teatro.
Era hija de Luis Albert, abogado, y político, y de Dolores Paradís. Su familia le proporcionó una educación atenta a sus dotes artísticas. Aprendió dibujo, pintura y escultura. Su madre le inició en la poesía y su abuela, en la cultura popular; ella se adentró en la escritura a su aire, ajena a las tendencias oficiales. Residió toda su vida en su pueblo natal, a la muerte de su padre se hizo cargo del patrimonio familiar, cuidando de su madre y de su abuela.
Se dio a conocer en los Juegos Florales de Olot de 1898 donde fueron premiados un poema suyo, El llibre nou, y una obra teatral, La infanticida. Cuando se supo que la autora de esta pieza era una mujer y además joven se organizó tal escándalo que Caterina decidió adoptar un seudónimo masculino. Lo encontró en un personaje de la novela Cálzer d’amargor que estaba escribiendo y que dejaría inacabada: Víctor Catalá, con el que firmaría toda su producción literaria.
También firmó algunos poemas con el seudónimo Virgili d’Alacseal. Esta identidad masculina le permitió escribir de cualquier tema, la protegió de las críticas y le otorgó la libertad de la que gozaban los hombres y le estaba negada a las mujeres escritora.
Cultivó un estilo personal, expresivo y de gran riqueza, contribuyó a la renovación de la literatura en lengua catalana. Abordó en sus obras conflictos del alma humana; frente a la imagen idílica que en el siglo XIX se tenía del ámbito rural en la frontera del siglo XX ella denunciaba la oscuridad, locura, violencia y crueldad de ese mundo que tan bien conocía. Sus dramas rurales expresan una visión pesimista del individuo y un fatalismo social.
En 1905 publica su novela Solitud, otro drama rural, cuya protagonista busca su propia identidad. La obra, que haría de ella una escritora clásica, combina naturalismo y poesía, y es representativa del Modernismo. Recibió el premio Fastenrath de 1909.
Tras los años de Modernismo, a partir de 1909 mantiene un silencio de años, por las reticencias del Noucentisme hacia la narrativa rural. En 1915 fue elegida miembro de la Academia de Llengua Catalana; en 1923, miembro de la Real Academia de Bones Lletres de Barcelona.
Durante la guerra civil y los primeros años del franquismo se refugió de nuevo en el silencio literario. A partir de 1950 publicó sus últimos cuentos y sus obras completas.
Colaboró en periódicos vinculados al movimiento catalán Renaixença. Mantuvo amistad con los escritores de su tiempo Joan Maragall, Angel Guimerá, Narcís Oller o Joaquím Folch, entre otros. Ejerció gran influencia en las nuevas generaciones, influencia que es notable en Mercé Rodoreda.
Obras: Poesía: El cant dels mesos (1901), Tríptic (1905), Marines (1928). Teatro: Quatre monòlegs (1901). Cuentos: Drames rurals (1902),Ombrívoles (1904), Caires Vius (1907), La Mare-Balena (1920), Contrallums (1930), Retablo (1944). Novela: Solitud (1905), Un film(1918). Obras completas (1951 y 1972)
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