«Rosa, de 18 años en venta por 800 monedas», reza el cartel en griego que pende del cuello de la joven esclava desnuda, sentada sobre una alfombra, rodeada de posibles compradores, a los que únicamente se les ve los pies, arremolinados para contemplar a la joven, pudorosa e indefensa. La obra es de José Jiménez Aranda (1837-1903) y responde al gusto por el exotismo y el orientalismo de finales del siglo XIX.
A pesar del indudable enfoque sensual del desnudo femenino, el encuadre parece sugerir una cierta denuncia social.