
Miramos a esta Mujer leyendo una carta como quien se asoma a la intimidad de alguien que nos ignora. Ella está absorta, ni siquiera se ha desprendido de su chaqueta azul que atrae nuestra mirada. Vermeer dominaba el color y la luz.
Miramos a esta Mujer leyendo una carta como quien se asoma a la intimidad de alguien que nos ignora. Ella está absorta, ni siquiera se ha desprendido de su chaqueta azul que atrae nuestra mirada. Vermeer dominaba el color y la luz.
Los azules de este cuadro, incluso en los objetos donde no son habituales, por ejp. en las sillas, son realmente sorprendentes y muy relajantes, porque como bien dices son además tremendamente luminosos.